Los 15.000 y pico espectadores verdes que se aburrieron en el Atanasio la noche de ayer con la presentación de Atlético Nacional y Cucuta Deportivo habían llegado al máximo escenario de los antioqueños buscando revivir las esperanzas del buen juego. El miércoles inmediatamente anterior se habían dado muestras de buen juego con el ingreso de Cardona, pero fundamentalmente con el buen trabajo de un equipo “muleto” que debe ser por lo menos 2 veces más equipo que el titular, por lo menos en lo estético. Aquel miércoles que Nacional enfrentaba a Chicó por la segunda ronda de la copa postobón había arrancado jugando sólido y se había tomado la suficiente confianza con el esférico. Sin embargo Nacional cuenta con el peor lateral del país y parece que el único que no lo sabe es José Santa, DT de la institución deportiva. Gracias a él llegaron los tantos de Nuñez y Yañes que nos habían puesto debajo del marcador. Los jugadores movidos por la tranquilidad y sabiendo de las cualidades que poseen, se fueron contra el pórtico del juvenil Bonilla y luego de muchos “ires y venires” lograron poner al partido un resultado acorde con lo acontecido. Reconozco que me ilusioné, creí que mientras Santa estuviera en el banco de Nacional, jamás iba a ver ni destellos de un equipo de futbol con el buen trato a la pelota, pero por lo menos me di ese gustico unos cuantos minutos y ante la situación, ya es mucho para mi que me siento hincha de equipo chico. Este sábado pues Nacional había ilusionado unos cuantos espectadores, hinchas que no sé si catalogar como incondicionales o masoquistas, lo digo con todo respeto, pero por lo menos atreverse a pagar una boleta para ver a Nacional ya tiene tintes de sacrificio. Ir a ver jugar a tu equipo de fútbol debería ser un acontecimiento de diversión, de esparcimiento, pero ir a ver jugar a Nacional es ir a sufrir la totalidad del partido y en la mayoría de los casos a aburrirse de lo lindo, como anoche. Hubo eso si, un amago de de buen manejo los primeros minutos por parte del equipo local, el mismo que con el pasar de los minutos se fue desvaneciendo hasta volver al disciplicente juego que sólo un DT como José Fernando Santa le ha sabido imprimir al que nostálgicamente recordamos como el “rey de copas”. La formación en relación a la presentada el miércoles frente a Chicó había variado casi en su totalidad. De ese buen equipo solamente repetían presencia Piedrahita, Pavon y Berrío. El resto visitarían el banco titular suplente o en el peor de los casos, las tribunas del Atanasio, como castigo por devolverle a Nacional algo de la poca dignidad que le queda como institución deportiva. Los otros jugadores eran Pezzuti que retornaba luego de la expulsión que debiera del torneo anterior, los centrales traídos de Argentina (pero que parecen sacados de una liga amateur), Iglesias que también retornaba, con Patiño y Palomino como recuperadores, Pavon e Ibarbo de carrileros y entonces si, los ya mencionados atacantes. El primer tiempo nos dejó un equipo local con muchas ganas, con varias llegadas al pórtico defendido por Leandro Castellanos sin la correcta terminación de los delanteros Berrío y Maggiolo. Nacional era el dueño de la pelota y de las acciones, mientras su rival se defendía con todo y de vez en cuando contragolpiaba como aquella vez en la que Barrionuevo la estrellara contra el vertical. Luego de ese remate Pezzuti fue un espectador VIP más, porque el conjunto “motilón” ni por curiosidad quiso ir en busca de los tres puntos. Me llama fuertemente la atención ese hecho, ya que tenía a éste cucuta del “nene” Diaz como un conjunto que sale a proponer, no en vano hace una buena campaña el presente torneo y ocupa los puestos de “punteo”. Pero bueno, definitivamente el torneo Colombiano y el jugador colombiano son mediocres por la poca ambición que se les imprime. Tan ridícula fue la actuación anoche del equipo de la frontera, que producto de sus mañas termino perdiendo un partido que pintaba seriamente para empate. De eso ya hablaremos más adelante, por ahora es preciso decir que Nacional había hecho las cosas bien los primeros minutos de la primera etapa y con el pasar de los minutos fue llevando el encuentro a un tedio total, mientras su rival de turno se conformaba con lo que pudiera significarle ganancia, así ganancia se entendíese como pérdida deliberada de tiempo.
Para la segunda etapa Santa y Diaz decidieron poner los mismos 22 hombres que habían disputado la primera. Nacional otra vez tomó las riendas del partido, bueno, de hecho jamás las perdió ni tuvo siquiera el peligro de hacerlo porque los “rojinegros” tenían ganas de todo anoche menos de jugar fútbol. Si el primer tiempo había terminado menos entretenido que reinado de belleza peruano, el segundo era el colmo del descaro. A algunos jugadores de Nacional se les había contagiado lo de sus pares visitantes. Iglesias por ejemplo, es un hombre que aporta mucho en ataque, pero en defensa es pésimo, tanto que Carpintero casi nos pasa factura en una desconcentración suya. Obviamente no son muchos los casos puntuales en que podemos dar fe de lo anterior teniendo como base este partido, ya que repito, Cucuta jamás tuvo intenciones de atacar. Piedrahita aunque no dejó de ser el peor jugador de Nacional, debo rescatar un par de centros que levantó desde la derecha y que Maggiolo y Berrío no supieron capitalizar, por demás, siguió siendo un jugador no digno de vestir los colores del más grande del país. Los centrales por su parte, tampoco fueron exigidos, pero aun así Santín demostró el porque no demorará en salir de Nacional. No se puede creer que Santa considere mejor jugador un tipo que además de ser lento y mal dotado, es irresponsable. Obviamente lo digo por la expulsión de ayer, ese tipo de comportamientos solamente los tiene una persona sin control de si misma… ¿Cuando vuelve Mendoza?. De Mosquera ni para qué hablar, si rara vez lo visitaron. Los volantes de recuperación tuvieron comportamientos dispares; Palomino como siempre se batió en el medio para darle equilibrio a Nacional y retornarle el control de la pelota. Patiño sin embargo, demostró que no le queda bien esa posición y se notó perdido durante los minutos que Santa lo mantuvo en cancha, aunque por lo menos su problema esta vez no tuvo que ver con la entrega del balón. La entrada de Mondaini a 20 del final, a diferencia de la de Cardona 10 minutos antes, le dio vida al ataque verde. El argentino con las ganas que siempre pone y la precisión de sus asistencias, comenzó a tejer junto a Pavon y Cardona buenas sociedades que volvieron a hacer temblar la estantería del “motilón” luego del eterno aburrimiento en el que se hallaba en ese entonces el partido. Producto de un par de jugadas en las que se vio involucrado el portero rival Leandro Castellanos, el juez de la contienda, Hernando Buitrago decretó 10 minutos de reposición, lo que le daba a Nacional unos cuantos minutos para encontrar el tan anhelado tanto que le diera premio por la constancia, NO por el juego. A los 3 de esa disposición arbitral llegaría dicha anotación. Berrío que también había manifestado más ganas que fútbol, tomaría una pelota en el medio y cruzaría el mismo con su velocidad, siendo derribado por un par de rivales. Maggiolo recibiría el esférico y también cayéndose, alcanzaría a servírsela a “memin”, quien con mucha calidad recepcionaría marcando poder sobre el esférico y rematando fuerte a mano derecha del reemplazante de Castellanos, Bolaños. Era el cuarto remate de Pavon a puerta motilona y para fortuna nuestra, era el tanto que nos devolvía la efímera tranquilidad. Una tranquilidad que mientras se juegue de esa forma iremos perdiendo con el pasar de los partidos. Los 7 minutos restantes, Cucuta se acordó de Pezzuti y decidieron ir a visitarle, sin embargo el fútbol es un deporte lleno de paradojas y aunque nos cansemos de repetir que no existe justicia en su lógica, a veces se encarga de respetarla. Victoria verde por la mínima diferencia, es cierto que siempre es mejor corregir sobre las victorias pero también es cierto que si en más de 40 partidos no supiste hacer que un equipo jugará a algo, no lo vas a hacer en otros más. Ustedes saben a quien me refiero.
Por JCAMILOS
Para la segunda etapa Santa y Diaz decidieron poner los mismos 22 hombres que habían disputado la primera. Nacional otra vez tomó las riendas del partido, bueno, de hecho jamás las perdió ni tuvo siquiera el peligro de hacerlo porque los “rojinegros” tenían ganas de todo anoche menos de jugar fútbol. Si el primer tiempo había terminado menos entretenido que reinado de belleza peruano, el segundo era el colmo del descaro. A algunos jugadores de Nacional se les había contagiado lo de sus pares visitantes. Iglesias por ejemplo, es un hombre que aporta mucho en ataque, pero en defensa es pésimo, tanto que Carpintero casi nos pasa factura en una desconcentración suya. Obviamente no son muchos los casos puntuales en que podemos dar fe de lo anterior teniendo como base este partido, ya que repito, Cucuta jamás tuvo intenciones de atacar. Piedrahita aunque no dejó de ser el peor jugador de Nacional, debo rescatar un par de centros que levantó desde la derecha y que Maggiolo y Berrío no supieron capitalizar, por demás, siguió siendo un jugador no digno de vestir los colores del más grande del país. Los centrales por su parte, tampoco fueron exigidos, pero aun así Santín demostró el porque no demorará en salir de Nacional. No se puede creer que Santa considere mejor jugador un tipo que además de ser lento y mal dotado, es irresponsable. Obviamente lo digo por la expulsión de ayer, ese tipo de comportamientos solamente los tiene una persona sin control de si misma… ¿Cuando vuelve Mendoza?. De Mosquera ni para qué hablar, si rara vez lo visitaron. Los volantes de recuperación tuvieron comportamientos dispares; Palomino como siempre se batió en el medio para darle equilibrio a Nacional y retornarle el control de la pelota. Patiño sin embargo, demostró que no le queda bien esa posición y se notó perdido durante los minutos que Santa lo mantuvo en cancha, aunque por lo menos su problema esta vez no tuvo que ver con la entrega del balón. La entrada de Mondaini a 20 del final, a diferencia de la de Cardona 10 minutos antes, le dio vida al ataque verde. El argentino con las ganas que siempre pone y la precisión de sus asistencias, comenzó a tejer junto a Pavon y Cardona buenas sociedades que volvieron a hacer temblar la estantería del “motilón” luego del eterno aburrimiento en el que se hallaba en ese entonces el partido. Producto de un par de jugadas en las que se vio involucrado el portero rival Leandro Castellanos, el juez de la contienda, Hernando Buitrago decretó 10 minutos de reposición, lo que le daba a Nacional unos cuantos minutos para encontrar el tan anhelado tanto que le diera premio por la constancia, NO por el juego. A los 3 de esa disposición arbitral llegaría dicha anotación. Berrío que también había manifestado más ganas que fútbol, tomaría una pelota en el medio y cruzaría el mismo con su velocidad, siendo derribado por un par de rivales. Maggiolo recibiría el esférico y también cayéndose, alcanzaría a servírsela a “memin”, quien con mucha calidad recepcionaría marcando poder sobre el esférico y rematando fuerte a mano derecha del reemplazante de Castellanos, Bolaños. Era el cuarto remate de Pavon a puerta motilona y para fortuna nuestra, era el tanto que nos devolvía la efímera tranquilidad. Una tranquilidad que mientras se juegue de esa forma iremos perdiendo con el pasar de los partidos. Los 7 minutos restantes, Cucuta se acordó de Pezzuti y decidieron ir a visitarle, sin embargo el fútbol es un deporte lleno de paradojas y aunque nos cansemos de repetir que no existe justicia en su lógica, a veces se encarga de respetarla. Victoria verde por la mínima diferencia, es cierto que siempre es mejor corregir sobre las victorias pero también es cierto que si en más de 40 partidos no supiste hacer que un equipo jugará a algo, no lo vas a hacer en otros más. Ustedes saben a quien me refiero.
Por JCAMILOS